SIGUIENDO A UN CAMPEON DEL MUNDO

Sólo es una maratón, pero no será una maratón cualquiera, nunca olvidaré esos 42 kilómetros.
A las 9 de la mañana, salida de los 1.000 corredores. Cada uno con un objetivo distinto, el mío lo tengo muy claro: bajar de 3 horas… no tengo dudas a pesar del fuerte viento.
En la salida formamos un grupo grande, de unos 50 atletas, detrás del gran Martín Fiz.
Pasan los kilómetros y yo me encuentro muy cómodo, siempre en los primeros puestos, pero resguardado todo lo que puedo del viento.

En el km. 15 tomo el primer gel, no me paso ningún avituallamiento, siempre nos lo recuerda Martín: “Beber aunque no tengáis sed”.
Llegamos a la media maratón y clavamos el tiempo 1h.30m.16s (pasamos unos 40 corredores en ese tiempo). La cosa se pone seria cuando salimos al tercer cinturón. El viento aquí sopla con mucha más fuerza, y lo que nos quedaba todavía…..

Paseo Echegaray, Puente de Piedra y mi barrio, el Arrabal. Ahí está mi novia y parte de mi familia, extra de motivación.
Tomo el segundo gel en el km. 25, sigo cómodo… pero pronto va a llegar el primer momento duro.
En el barrio de la Jota (km. 28) toca mucho callejear, el viento entra por todas partes, se hace eterno.
En el km. 31 empiezan las primeras molestias en los cuádriceps y el dolor ya me acompañará hasta el final.
Km. 35, tercer y último gel, y mis piernas duras como piedras. En el grupo ya sólo quedamos unos 20 corredores. Paso mi peor momento, mis amigos (que me han estado acompañando en bici toda la carrera) se dan cuenta y aumentan sus ánimos. Niego con la cabeza, pienso hasta en pararme y por primera vez dudo de lograr mi objetivo.
El grupo se escapa y con ellos mis dos referencias, Martín Fiz y Gabriel, compañero del club que el año pasado bajó de 3 horas en un día similar.
Me sacan 4 o 5 m, me parecen 4 o 5 km. Me gritan: “vamos, métete en el grupo”, no sé cómo pero lo consigo. En el esfuerzo estará la recompensa.

El último gel empieza a hacer su efecto aunque durará poco. Yo sigo a Martín sin darme cuenta de lo que pasa alrededor.
En el kilómetro 37 no para de mirar hacia atrás. Me giro y sorpresa, estamos los dos completamente solos, impresionante!. Martín me dice que no le abandone, yo no quiero pero mis piernas si, cómo decirle a un campeón del mundo que me rindo!. Aguanto, siguen los ánimos de los amigos: “Vamos, que lo consigues, que te queda muy poco, vaaaaamos!
Martín me sigue hablando: “qué ritmo quieres, más, menos, dímelo, tú sólo ponte detrás. Venga que llegamos.”
No puedo pero sigo.

Kilómetro 39, Martín se aprende mi nombre a base de tanto escucharlo por los que me acompañan: “Oscar no me abandones, no me dejes ahora, venga que lo tenemos”. Me comenta el tiempo que llevamos, vamos a ritmo de 2h 59m.
Ultimo kilómetro, cruzamos el Pabellón Puente. Me digo: “vamos que lo tengo”. Por fin veo los arcos de meta y el reloj muy al fondo. Haciendo un esfuerzo distingo que marca 2h 58m,voy a llegar seguro, me quedan unos 300m.

Faltando 100 m, Martín me alza la mano y entramos a meta los dos juntos, irrepetible!
No sé si es un gran puesto o una gran marca. Sé que es un gran día para mí por ver las caras emocionadas de mi novia y mis amigos al verme entrar de la mano de Martín Fiz. Podré correr cientos de carreras pero ninguna superará la emoción de seguir aun campeón del mundo.

6-11-2011 MARATON CIUDAD DE ZARAGOZA Tiempo 2h59m21s Puesto 33
Para terminar, quisiera dar las gracias de manera especial:
A Elena, mi novia, mi fisioterapeuta, por ser tan comprensiva y paciente conmigo.
A Miguel, mi gran amigo, mi “hermano” , por prepararme los entrenamientos y animarme tanto durante la carrera.
A Mariano, por estar pendiente durante toda la carrera de los avituallamientos y disfrutar tanto o más que yo de la experiencia.
A Eduardo, por su esfuerzo y por esas maravillosas fotografías.
A Raúl por esos ánimos de última hora.
A César, porque aunque iba en cabeza de carrera abriendo camino sé que estuvo pendiente de mí.
Los que estuvieron lo vivieron, los que no estuvieron se lo perdieron.

El guerrero que nunca se rinde. 

Oscar Blasco